La manera en que muchos peces se orientan espacialmente en su entorno parece sugerir que éstos suelen mantener una cierta distancia entre ellos y sus compañeros u otros individuos u objetos, etc.. Esta orientación es remarcable por su extremada precisión y coordinación.
Experimentos realizados para determinar el comportamiento de los peces respecto a las diferentes superficies que quedan a su abasto y respecto a sus compañeros señalan que los peces suelen intentar mantener contacto con la mayor parte de superficies que tengan a su disposición, lo que parece que les proporciona un mejor control de su ambiente y todo lo que les rodea, ya sea materia viva (caso de otros peces,..) o inerte (piedras, el cristal de un acuario,....).
Éste comportamiento es especialmente beneficioso para los peces de costumbres nocturnas, por razones obvias.
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